Espacio Territorial

6 meses de la partida del compañero comunicador Abelardo Liz

Un trece de agosto. Hoy 13 de febrero del 2020, recuerdo con mucha tristeza y aun con llanto, ese momento tan duro de comprender porque la vida de una gran persona como la de “mi tío” como yo le decía cariñosamente, a Abelardo nos tuvo que abandonar por la cobardía de otros “si, cobardes” porque nadie tiene derecho a quitarle la vida a otro así por así. Hace seis meses que su cuerpo partió pero su espíritu aún vive con nosotros, acompañándonos, dándonos fuerzas cuando flaqueamos, guiándonos por los senderos y cuidándonos más que nunca. Lo quisieron callar, lo quisieron matar, pero hoy más que nunca él vive, porque él está dentro de nuestros corazones y hay vivirá por siempre.

Era un día  un poco triste y frio, después del viento y el canto de los distintos pájaros que me a acompañaban, también se escuchaba las detonaciones que se estaban produciendo en el lugar de la liberación de la madre tierra por el desalojo de las familias liberadoras, cortaba unos cuantos racimos de plátanos para venderlos. Ya cortados los racimos de plátano en la casa me senté a observar un momento hacia la parte baja donde se llevaba a cabo el desalojo de los liberadores de la madre tierra por parte del famoso “estado y sus compinches”.

Me dirigía al caserío de la comunidad de media naranja y me pare, para observar nuevamente hacia el plan, lugar de la liberación, algunas partes echaban humo por los gases que lanzaban el ESMAT (escuadrón móvil anti disturbios), se escuchaban las detonaciones y se observaba los carros tanques, el brillo de los escudos de protección que estos portan, el avión volaba por encima.

Eran las doce y quince del mediodía, de pronto escuche unas ráfaga muy rápida, a los cinco minutos una ligera llovizna cubrió todo el plan como un manto blanco, cruzo rápidamente ese lugar y me dije “Dios que no haya sucedido nada malo” y seguí mi camino rápidamente pues me cogía la tarde. Cuando regresaba media hora después, volví a dirigir la mirada al plan lugar de la liberación, ya un poco en calma ni el avión sobre volaba.” Mis dudas de que algo malo había sucedido, rondaba por mi cabeza”.  

Ese día jueves trece de agosto tenía una video llamada a partir de las dos de la tarde. Prendí el computador para conectarme. De pronto observe que algunos perfiles de mis amigos del face book  portaban la foto de Abelardo con el moño de color negro, “sin oficio bromistas”  dije yo. Empeso la video llamada. Eran las tres de la tarde, cuando terminé la video llamada, inmediatamente observe algo así, “la Acin está trasmitiendo en directo sobre los hechos  ocurridos en la liberación de la madre tierra en corito norte del cauca.” Al escuchar la información que la fuerza pública en un tiroteo había asesinado a un liberador y un comunicador de la emisora nación nasa de corinto cauca, su nombre Abelardo Liz, “no, pero no, que es esto” exclame y repetí esa noticia una dos, tres, y más veces, cuando pude reaccionar mis lágrimas corrían por gran parte del escritorio, aceptando la cruel verdad después de un largo tiempo, dije estas palabras:

Compañero de lucha, hoy viajaras a tu nueva casa, en ese lugar que a todos y todas nos espera, el vientre oscuro y fresco donde nuestra madre tierra nos arrullará, buen viaje, buen descaso. “tío,” tu vos la seguiremos escuchando a través del viento y del trueno, así que vuela muy alto como el gran cóndor de los andes.

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